Se le conoce
también como disfunción miccional y describe las anormalidades en el llenado
y/o en el vaciado de la vejiga urinaria.
Es un problema
relativamente común en los niños y casi la mitad de las consultas del urólogo
pediatra corresponden a este motivo. El desafío para los padres y, también para
los médicos es diferenciar entre un patrón patológico de urgencia o incontinencia debido
a una anormalidad en la integridad y función urinaria, de aquellas condiciones
benignas relacionadas con el entrenamiento incompleto o anormal para el
inodoro.
En forma natural,
las funciones elementales de la vejiga urinaria son el almacenamiento y en
forma posterior su vaciamiento. Durante los primeros tres años se tiene un
vaciado involuntario (incontinencia) de la vejiga, por lo que es posible
encontrar eliminación de orina en varias ocasiones al día y con volúmenes
variados. Ya a partir de los cuatro años se desarrolla la capacidad de
contención urinaria durante el día y la nocturna se logra a partir del periodo
entre los cinco a siete años. Se distingue en especial, que el control de la
contención urinaria generalmente se logra después de una continencia intestinal
exitosa durante el día y la noche.
El desarrollo
del control de la vejiga es un proceso de maduración progresiva; por el cual,
el niño primero se da cuenta del llenado de la vejiga, luego desarrolla la
capacidad de suprimir las contracciones del músculo (que por su contracción la
expulsa) en forma voluntaria. Finalmente aprende a coordinar la función del vaciado
con la contracción del músculo de la vejiga (detrusor) coordinado con apertura
del orificio de salida (esfínter).
Durante el
llenado, se mantiene relajado al músculo de la vejiga urinaria por acción de
una función del sistema nervioso que permite ir expandiendo su volumen sin
generar una presión excesiva en su interior y, por otra parte, otro tipo de
estímulos nerviosos se encargan de estimular al esfínter urinario para
mantenerlo obstruido. Para el mecanismo de vaciado, el proceso de expansión de
la vejiga, en forma paulatina por la mecánica del estiramiento, estimula a la
contracción muscular y, un tipo especial de estimulación nerviosa permite que
el esfínter urinario se abra para establecer la salida urinaria.
El desarrollo de la
micción normal y el almacenamiento de orina consiste en aumentar la capacidad
de la vejiga, mejorar la coordinación de la vejiga y la estructura que permite
su salida (esfínter urinario), y disminuir la incontinencia con la edad.
Son varias las
manifestaciones que pueden asociarse a la disfunción vesical, y con propósito
de evitar confusiones de interpretación, existen definiciones de aceptación
mundial que se aplican solo a los niños que tienen más de cinco años. De los
más frecuentes, se describen: frecuencia diurna incrementada, considera
vaciamientos en número de ocho o más veces al día durante el tiempo que el niño
se manifiesta despierto. Por incontinencia, se entiende una fuga incontrolada
de orina que puede ser continua o intermitente. La urgencia urinaria, es la
experiencia repentina e inesperada de necesidad inmediata de orinar. Nicturia,
es la eliminación involuntaria de orina durante la noche. La incertidumbre
miccional, es la dificultad en el inicio de la micción o el tiempo considerable
de espera para el inicio de la micción. Esfuerzo urinario, es la aplicación de
presión sobre el abdomen para iniciar y mantener la micción. Flujo débil, es la
salida de orina con fuerza o velocidad disminuidas. Flujo intermitente, es la
expulsión del chorro urinario en varias explosiones discretas en lugar de un
flujo continuo (normal en niños menores de tres años). Disuria, es el ardor o las
molestias durante la salida de orina. Goteo posterior, que es la pérdida
involuntaria de orina luego de haber terminado la micción con eliminación de
gotas variadas en número y frecuencia. Maniobras de retención, son todos los
movimientos que emplea el niño para posponer o suprimir el deseo de orina, que
pueden incluir: pararse de puntillas, cruzar las piernas con fuerza, colocarse
en cuclillas con la mano sobre genitales.
Sus causas son
variadas de acuerdo con los diferentes factores que intervienen, pero se pueden
clasificar, en: condiciones neurológicas, anatómicas y funcionales.
Como causas
neurológicas se involucran todas las alteraciones que comprometen la integridad
o el funcionamiento de los nervios relacionados a la vejiga y su esfínter. Entre
sus alternativas varían desde la que es evidente de considerar, en niños que
tienen defecto de cierre en su columna vertebral; y otras menos notorias, como en
quienes tienen alteración urinaria debida a trauma con afección a la función de
su inervación.
En las
alteraciones anatómicas, se describen anormalidades en el tamaño y posición de
las estructuras asociadas a la función vesical. Entre esas alteraciones puede
existir una conexión anormal del conducto que del riñón se conecte a la parte
inferior de la vejiga que condiciona a que se presente siempre un flujo
urinario sin control. Puede existir también estructuras en forma de válvulas,
que pueden obstruir la salida de la orina. También se incluye la condición de
reflujo urinario.
Como condiciones
funcionales se incluyen alteraciones (inestabilidad) de contracciones del
músculo de la vejiga no inhibidos, alteraciones musculares de las estructuras
vecinas a la vejiga urinaria, la disminución en la fuerza de contracción del
músculo de la vejiga.
La incontinencia
urinaria durante el día puede causar un gran estrés en los niños en edad
escolar e impactar negativamente en su autoestima. Por lo tanto, es
deseable identificar y tratar a los niños con incontinencia urinaria durante el
día lo antes posible.
Las siguientes
condiciones y sus anormalidades subyacentes de la función de la vejiga resultan
en incontinencia urinaria diurna De éstas, la hiperactividad del músculo
(detrusor) es la disfunción más común en niños. Otras condiciones son el
aplazamiento miccional, vaciado disfuncional; y menos frecuente, la
incontinencia de risa, micción vaginal y disfunción del cuello de la vejiga.
En la vejiga
hiperactiva el síntoma distintivo de este trastorno es la urgencia.
La incontinencia y el aumento de la frecuencia también son características
comunes.
El aplazamiento
miccional se nota en niños que habitualmente posponen la micción, por
encontrarse en ambientes especiales (ej. escuela). Resultando en una baja
frecuencia de micción. Estos niños comúnmente tienen problemas de
comportamiento o tienen una alteración emocional en forma asociada. Por la
retención del volumen, la vejiga se estira en forma secundaria y en exceso,
causando que el músculo pierda su eficacia. Estos niños tienen que emplear
maniobras de pujo abdominal para lograr parte del vaciado urinario, dejando un
posible remanente que es factor predisponente a infección urinaria.
La disfunción
miccional establece deficiencia en la coordinación, al existir contracción
muscular de la vejiga sin apertura del esfínter, causando emisión de chorro urinario
intermitente espaciado o alterno, con el riesgo adicional, que favorece al
incremento de la presión dentro de la vejiga (en contracción) que puede afectar
al volumen y presión hacia los conductos del riñón (uretero) causándoles
deformidad incluso a los riñones.
La incontinencia
con la risa es diferente a la emisión de orina con vejiga llena por la presión
abdominal durante la risa, ya que establece eliminación urinaria sin control
por estimulación neurológica asociada a la risa. La micción vaginal ocurre en
niñas que orinan con las piernas muy cerradas causando la entrada de orina a la
vagina, con su liberación posterior espontánea y asocian irritación de labios
genitales con ardor al orinar por esta zona irritada. En la disfunción del
cuello se tiene una apertura tardía que causa incertidumbre miccional,
urgencia, flujo urinario débil y/o vaciado incompleto.
Por su
comportamiento, puede asociarse con infecciones urinarias recurrentes o déficit
en la eliminación intestinal. Pueden evolucionar con deformidad renal y/o
insuficiencia.
…forme hábitos
adecuados en sus hijos. Con alteraciones, acuda a atención temprana.