En esta
temporada de frío, es momento para tomar medidas especiales para evitar el
desarrollo de algunas enfermedades en los niños.
Clásicamente se
incrementa la frecuencia de las enfermedades respiratorias en esta temporada, de una forma más habitual por los efectos que
tiene el aire frío al considerar su acción constante durante el transcurso del
día y la noche sobre la función respiratoria.
Pero no es la única
condición que se puede generar con el frío, ya que otras alteraciones se pueden
formar ante la necesidad de tenerse que resguardar del clima frío, o bien como
efecto directo del mismo en otras partes corporales.
Revisaremos de
forma general en este espacio dedicado a la atención infantil, los padecimientos
relacionados, sus manifestaciones y en forma más intencionada, su condición
preventiva.
Iniciamos con
las enfermedades respiratorias por ser de las más frecuentes que afectan a la
población general.
Las infecciones
respiratorias se desarrollan a partir del hecho que el aire frío impide la
movilización adecuada de la secreción respiratoria, y al no haber condición
mecánica que realice un arrastre de partículas dañinas o microorganismos,
disminuye de esta forma una primera línea de defensa.
El aire frío por
sí solo, condiciona a que las habitaciones se mantengan cerradas sin poder
permitir en ellas, la eliminación de los gérmenes que ahí se van acumulando de
forma progresiva. Por esta razón, es natural que en los lugares públicos que se
mantienen cerrados, es más factible que la cantidad de gérmenes y su variedad
sea mucho más abundante, y permita respirar a los niños una variedad mayor de
microbios, y al no tener formados muchos anticuerpos contra ellos, son
susceptibles de desarrollar la enfermedad.
Los cuadros
respiratorios se identifican por la pérdida de función habitual del sistema
respiratorio, y se notarán datos especiales como inflamación nasal o de
garganta, dificultad respiratoria, tos, estornudos, dolor torácico, cansancio,
por citar algunos de esta parte corporal junto con manifestaciones generales
como fiebre, mal estado general, y falta de apetito.
Para prevenir
esta alteración, se sugiere mantener a los niños en su habitación de
preferencia sin contacto con otro tipo de personas ajenas a la familia, evitar
la relación con familiares enfermos, lavado adecuado de nuestras manos al
llegar a casa para eliminar los gérmenes que podamos llevar del trabajo o durante el transporte, evitar
dormir en grupo familiar, o el niño con un adulto que le transmite en esa forma
los gérmenes, ofrecer una cantidad mayor
de líquidos para mantenerlos bien
hidratados (el moco respiratorio espeso también influye), evitar corrientes de aire frío en especial
durante la noche, no exponerse a cambios bruscos de temperatura, arroparse de
forma adecuada al tener que acudir al exterior (calle) y consumo de frutas
ácidas.
En relación al
empleo de ropa adecuada, es necesario insistir en el empleo de la bufanda, ya que en nuestra sociedad durante esta época,
es muy común que “por la moda” se la colocan al niño solo alrededor del cuello todo el
tiempo, cuando su función es mantenerse cubriendo la nariz y boca para
condicionar el calentamiento del aire ambiental hacia las vías respiratorias.
Un cubrebocas no cumple funciones de calentamiento, solo de filtración y con
duración máxima hasta de dos horas.
Es curioso notar cómo los niños en las calles, sus papás
los cargan súper envueltos en diferentes prendas, pero con la carita totalmente
descubierta; y todavía nos comentan, en la consulta del niño enfermo, que lo
cubren de forma adecuada y no se explican cómo se enfermó si ellos tomaron sus
precauciones.
La publicidad se
encarga de deformar la información, al dar a entender que con el consumo de
ciertas vitaminas, se evita el desarrollo de las enfermedades respiratorias; y
así, es posible ver cómo llegan al consultorio pidiendo la administración de
esas vitaminas para que los niños no se enfermen de cuadros respiratorios. La
vitamina en particular ayuda a mantener el tejido respiratorio en condiciones
más estables, pero no actúa contra el germen que causa la enfermedad
respiratoria, y solo puede favorecer a tener una evolución más benigna del
cuadro. Es mejor el consumo de la vitamina en su estado natural, con el consumo
de frutas ácidas.
La tradicional
idea que el niño se enfermó por andar caminando con los pies descalzos en una
habitación, tiene más lógica al considerar el aire frío de esa habitación que
mantenía muy frío al suelo, y es ese aire que pasa por su sistema respiratorio
para predisponer al desarrollo de la enfermedad.
Otro tipo de
alteración que se presenta como consecuencia del frío son cambios que se dan en
la piel de los niños expuestos a estos climas.
En general todo
el cuerpo debe ser humectado diariamente, sin embargo, hay partes y áreas donde
se debe intensificar los cuidados, como son las manos y la cara.
Las manos al ser
constantemente lavadas con agua y jabón, pierden su hidratación natural,
ocasionando grietas que además de ser dolorosas, pueden ser la puerta de
entrada de bacterias y provocar infecciones leves.
En el caso de la
cara, la zona que se puede dañar con más facilidad son los labios, ya que el
clima frío los reseca y los agrieta, situación que facilita la aparición de
virus del herpes. Es muy importante que después de lavar las manos se
aplique una capa de crema y en el caso de los labios una pomada hidratante.
Otras recomendaciones
para que la población conserve su piel en buenas condiciones y evite
infecciones, que aunque son leves, suelen ocasionar molestias y requieren de
ciertos cuidados: entre ellas, el baño diario, que debe ser breve y con agua
tibia, usar jabón neutro o aquellos que están compuestos con cremas, no se debe
tallar el cuerpo con estropajo, ya que está acción es erosiva y elimina la
protección natural del cuerpo.
Terminado el
baño se debe secar el exceso del agua, y con la piel aún húmeda se debe aplicar
una crema humectante.
Al momento de
contar con alguna alteración de la piel, se recomienda de preferencia no
emplear remedios caseros o cualquier crema ya que hay alto riesgo que se
produzca una complicación y el manejo posterior sea más difícil y costoso.
Considerando también las condiciones de la vivienda y posibles
consecuencias técnicas, en la casa, se aconseja cubrir las tuberías con papel
periódico en varias capas y, sobre éste, enredar hule para protegerlas de la
humedad. Antes de ir a la cama a dormir, es necesario desconectar las luces
navideñas y otros adornos para evitar cortos circuitos.
No utilizar braseros dentro de casa, pues podrían aumentar el riesgo de
sufrir una intoxicación; pero si se usan calentones de gas, deberán apagarse o
mantener ventilada la habitación. Y para evitar el cruce de corrientes y la
salida de calor acumulado en casa, es necesario sellar puertas y ventanas con
papel periódico.
Cuando las condiciones son extremas y la población donde hay pocas
posibilidades de aislamiento efectivo y
carece de recursos, para que los menores estén protegidos, se podrá
poner pedazos de papel periódico entre su camisa y suéter o chamarra, ya que es
térmico y logrará mantener el calor del cuerpo.
Se aconseja a los viajeros,
que antes de hacerlo, es necesario conocer la situación meteorológica del lugar
a donde se irá. Evitar conducir de noche, ya que los peligros son más difíciles
de detectar. Llevar un teléfono celular es muy necesario así como el cargador
de auto, por cualquier contingencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario