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Herpes virus (fuegos)

 

Existen ocho tipos de herpes virus, numerados en forma progresiva. Los tres primeros pertenecen a un grupo especial que causan varios cuadros infecciosos comunes en la edad pediátrica. Los dos primeros se les nombra virus de herpes simple (tipo 1 y 2). El tipo 3 no se describe en esta ocasión por causar otra enfermedad (varicela-zoster).
Una particularidad que comparten los virus de esta familia es su capacidad de presentar, tras la infección aguda, una fase de latencia sin desarrollar alteraciones, con la posibilidad de reactivación posterior en periodos variables bajo condiciones especiales.
Las infecciones por el virus del herpes simple ocurren en todo el mundo, siendo los humanos el único reservorio. La infección se adquiere por contacto íntimo de piel y/o de mucosas entre un susceptible y un enfermo (sintomático o asintomático) que disemina el virus durante la infección primaria o la reactivación. Debido a que la infección da como resultado una latencia de por vida, la prevalencia en cualquier población es acumulativa. Se estima que el 90% de todas las personas en todo el mundo tienen uno o ambos virus. Más allá del período neonatal, la mayoría de las infecciones primarias por el tipo 1 ocurren en la infancia y la niñez. Se transmiten principalmente por contacto con saliva infectada, reportando hasta un 20% positivo a anticuerpos en los menores de 5 años, elevándose hasta el 35% entre los 15 a 20 años. Las infecciones primarias por el tipo 2, se adquieren después del inicio de la actividad sexual y las infecciones por herpes genital se encuentran entre las infecciones de transmisión sexual más comunes, siendo más afectadas las mujeres. De los bebés nacidos de madres con una infección primaria cerca del momento del parto, el 30-50% adquiere la infección y en la mayoría de las ocasiones la madre no tiene evidencia de infección al igual que su pareja, lo que dificulta su sospecha en cuanto el recién nacido manifiesta la enfermedad diseminada.
El virus simple tipo 1 causa clásicamente infección por encima de la cintura y las infecciones se localizan en la boca y la garganta, mientras que el virus herpes simple tipo 2 causa infecciones genitales y puede causar la forma diseminada o del sistema nervioso en recién nacidos.
La presentación clínica más común del episodio de infección primaria por el virus del herpes simple (generalmente desde los 6 meses a los 5 años), es la afección en la boca con presencia de vesículas (como pequeños globos con líquido contenido) enrojecidas, múltiples en labios, encías, mucosa de la boca, lengua, paladar y/o garganta, que asocian un inicio brusco, con fiebre, irritabilidad con llanto recurrente, dificultad para comer, babeo notorio y crecimientos ganglionares en cuello y submaxilar, con evolución variada de 10-14 días y con diseminación del virus hasta por 23 días.
La reactivación se produce por traumatismos (atención dental) exposición ultravioleta, estrés orgánico (infecciones, deficiencias hormonales, deshidratación, etc.). Con dolor o ardor localizado, comezón seguida de aparición de lesiones en la piel o mucosas con las pequeñas vesículas, en tiempo variable de 6 a 48 horas de las manifestaciones iniciales. El sitio más común de lesiones bucolabiales recurrentes es el borde bermellón, las lesiones tienden a reaparecer en el mismo sitio que las lesiones originales, en promedio una vez al año (en fechas similares de acuerdo con condiciones ambientales).
Las infecciones genitales primarias, sintomáticas y de primer episodio, se caracterizan por: fiebre, malestar y dolores musculares. La picazón y el dolor suelen ser los síntomas iniciales, seguidos en 24 a 48 horas por signos y síntomas más molestos. Las lesiones evolucionan de vesículas, confluyen y su contenido se espesa, para luego reventarse quedando como úlceras húmedas y curan formando costras. Las nuevas lesiones se desarrollan durante 7-8 días y se distribuyen principalmente en los labios mayores, labios menores, pubis, mucosa vaginal, cuello uterino y en el cuerpo del pene. El crecimiento de los ganglios inguinales es doloroso, la dificultad para orinar y la secreción vaginal son molestias frecuentes. Las complicaciones en ambos sexos pueden incluir sensación de adormecimiento de las piernas y el perineo. Hay retención urinaria, más común en mujeres que en hombres. Aproximadamente el 85% de las mujeres informan secreción vaginal, el 25% de los hombres informa secreción uretral. La duración media de la diseminación viral es de 12 días. La mayoría de las infecciones primarias por el virus del herpes simple genital, son asintomáticas. Entre el 70 y el 80% de las personas seropositivas no tienen antecedentes de herpes genital sintomático y constituyen un riesgo para la diseminación viral durante sus recurrencias.
En la reactivación genital, Las recurrencias son más comunes con las infecciones por el tipo 2 que con el tipo 1 (5 frente a 1 por año). Las personas con infección por el tipo 2 generalmente tienen altas tasas de recurrencia en el primer y segundo año, seguidas de una disminución sustancial en los años siguientes (2 por año). Aproximadamente el 25% de las personas tienen al menos una recurrencia en 5 años. Las recurrencias a menudo siguen a eventos estresantes, enfermedades, traumas y menstruaciones.
Cuando se produce una reactivación sintomática, las lesiones genitales suelen ser pocas. El crecimiento de los ganglios inguinales dolorosos, la dificultad urinaria, la secreción vaginal y los síntomas generales son menos frecuentes.
Cuando la infección se desarrolla en la madre por primera ocasión durante el embarazo, el bebé puede nacer con alteraciones variadas que pueden incluir una cabeza pequeña, desnutrición, afectación a su visión y/o lesiones en la piel. La infección al nacimiento es muy rara, ya que se requiere que la madre lo padezca en forma inicial al momento del parto. El antecedente de la enfermedad, asociado con la existencia de anticuerpos en la madre es un factor protector para evitar desarrollar la enfermedad en el recién nacido.
Cuando se adquiere al nacimiento, puede manifestar tres variantes. Alteraciones en piel y mucosas hasta en un 20% de los casos, se desarrolla entre los 10 a 12 días, con pequeñas vesículas y enrojecimiento de la piel en zonas de presión o lesión al nacer. Con tratamiento mejoran rápidamente, pero no darlo permite la forma sistémica (75%). La forma diseminada (sistémica) se puede desarrollar entre el segundo al 12º día de vida, como una infección grave con alteración de las funciones del hígado, pulmones y sistema nervioso, que sin tratamiento específico tiene elevada tasa de mortalidad. La afectación al sistema nervioso se desarrolla luego de dos a tres semanas de vida, notando en el bebé la afectación a su reactividad con tendencia a somnolencia, llanto intenso y frecuente acompañados de eventos convulsivos. Sin tratamiento la mayoría muere y quienes sobreviven llegan a padecer secuelas con déficit neurológico grave.
Fuera de la etapa de recién nacido, la infección al cerebro y sus capas (meninges) que lo rodean puede presentarse a cualquier edad con la infección primaria o recurrente. El inicio es repentino o insidioso con dolor intenso de cabeza, molestias a la luz, rigidez de cuello, alteración del estado de conciencia (somnolencia o indiferencia) convulsiones. Se sospechará el tipo 2, cuando el cuadro aparezca 3-12 días de las lesiones genitales.
En los pacientes con depresión inmunológica las lesiones inicialmente localizadas en los orificios naturales afectarán a superficies mucosas o de piel cercanas, desarrollando inflamación en el esófago y pulmones con riesgo a desarrollar la forma diseminada. En ocasiones, afecta a estructuras del ojo con riesgo de su función específica.
Se requiere de estudio especializado para determinar su presencia en el enfermo de sospecha, con importancia mayor durante el embarazo o antes del parto, por el riesgo de evolución fatal si se contagia el recién nacido. Es un padecimiento viral que cuenta con tratamiento específico para prevenir, mejorar su evolución y/o evitar secuelas, pero que deberá de confirmarse en etapa temprana para asegurar su pronóstico… las lesiones de “fuegos” deben referirse si en los siguientes 2 a 14 días aparecen otras alteraciones.