Las
malformaciones cardíacas importantes que puedan poner en riesgo la vida de un
niño; en general, son poco frecuentes y se detectan de forma temprana y se les
hace de conocimiento a los padres sobre su gravedad y posible evolución, de
forma inmediata.
Otro tipo de
alteraciones cardíacas que son más frecuentes y en general, con buen
pronostico, no se pueden detectar de forma fácil al momento del nacimiento, y
podrán ser identificadas durante los primeros días o meses de vida en un niño.
En la comunidad
de forma habitual, existe la creencia que toda patología del corazón de un niño
está relacionado con el fallecimiento temprano de forma notoria o bien con una
vida llena de limitaciones en actividades físicas.
De las
malformaciones cardíacas existen muchas variantes y de acuerdo a la forma como
comprometen la función normal, estará definida su gravedad.
El corazón de un bebé comienza a desarrollarse en la concepción, pero
termina de formarse a las ocho semanas de embarazo. Los defectos congénitos de
corazón se producen durante estas ocho semanas cruciales en el desarrollo del
bebé. Deben cumplirse ciertas etapas específicas para que el corazón se forme
correctamente.
A menudo, los defectos congénitos de corazón son el resultado de que una de
estas etapas esenciales no suceda en el momento adecuado, dejando, por ejemplo,
un orificio donde se debería haber formado un tabique divisorio, o un único
vaso sanguíneo donde debería haber dos.
Se desconoce la causa de la amplia mayoría de los defectos cardíacos congénitos.
Muchas madres se preguntan si algo que hicieron durante el embarazo causó el
problema cardíaco. En la mayoría de los casos, el defecto cardíaco no puede
relacionarse con nada. Algunos problemas cardíacos ocurren con mayor frecuencia
en ciertas familias, por lo que podría existir un vínculo genético para algunos
defectos del corazón. Es probable que se susciten algunas cardiopatías si la
madre tuvo una enfermedad durante el embarazo y tomó medicamentos, como por
ejemplo medicamentos para convulsiones o si padeció alguna infección durante el
inicio de su embarazo, o enfermedad (como diabetes por ejemplo). Sin embargo,
la mayoría de las veces no es posible identificar la razón del defecto.
Ahora cuando se conocen esos antecedentes, que pueden influir para
condicionar la aparición de la malformación es conveniente prevenirlos y
controlarlos para evitar que se genere la malformación cardiaca.
Para entender un poco las malformaciones cardíacas, haremos revisión breve
de las funciones del corazón:
De manera normal, el corazón al nacimiento funciona como una bomba que
recibe y envía sangre al resto del cuerpo. Está dividido en cuatro partes, dos
de ellas superiores y dos de ellas inferiores, o bien dos del lado derecho y
dos del lado izquierdo.
En forma práctica las partes superiores reciben la sangre y las inferiores
las impulsan. Las partes derechas manejan sangre recogida de la circulación del
cuerpo y es sangre que trae los desechos gaseosos y partículas nocivas, y las
partes del lado izquierdo reciben sangre de los pulmones para enviar al resto
del cuerpo; es sangre arterial, que lleva una cantidad importante de oxigeno
para nutrir a cada célula del cuerpo.
Del lado derecho, sale por la parte inferior la sangre hacia los pulmones
para limpiarse y oxigenarse. Del lado izquierdo inferior sale sangre arterial a
la circulación general.
Estas malformaciones pueden ser de diferentes formas, pero a forma de
establecer una clasificación que permita saber cómo alteran la función del
corazón, se pueden separar en las siguientes formas:
Comunicaciones, por falta de cierre entre las paredes de las cavidades o
por comunicación en los tubos de circulación que salen de ellos. Generan
acumulación de sangre y falla de bomba progresiva; o bien, paso de sangre venosa
a la arterial, disminuyendo el contenido de oxígeno a los tejidos.
Obstrucciones, por existencia de un calibre menor entre las comunicaciones
habituales. Genera esfuerzo mayor de la parte cardíaca que lucha contra esa
resistencia y a la larga falla de bomba.
Posiciones, por alteración en la formación del corazón y sus vasos
sanguíneos, que se originan girando en una trayectoria establecida; y por
alguna razón no realizan bien el giro y hay cambios entre sus partes. Pueden
generar problemas variados o simplemente estar en posición anormal pero con
función normal.
Las más graves, que son causa de aborto o muerte en las primeras horas de nacido, son
las que no permiten una oxigenación adecuada de la sangre y tienen combinación
con obstrucciones en la circulación. Al detectarse requieren de la intervención
inmediata del médico con empleo de medicamentos especiales y envío a unidad
hospitalaria donde se pueda llevar a cabo la intervención quirúrgica inmediata
para resolver la alteración.
Las que dan problemas al nacimiento, requieren de ser estabilizadas con
medicamentos, para ser enviadas a valoración médica con programación previa,
permitiendo mientras que el niño logre un desarrollo aceptable.
Otras se pueden detectar al nacimiento y puede tratarse de enfermedades que
se limitan y desaparecen por el crecimiento del niño y no requieren ni
medicamentos y solo vigilancia para comprobar que desaparecen totalmente
(algunas comunicaciones).
Hay un grupo especial de malformaciones, que se detectan después del
nacimiento y son las que hacen dudar de la capacidad del médico que atendió al
niño recién nacido sobre su capacidad o preparación. En realidad, no son
evidentes al momento del nacimiento, ya que solo después de un tiempo con el
desarrollo muscular del corazón y sus presiones se hace evidente.
La forma de sospechar de una malformación cardiaca en el niño, -además de
considerar los factores predisponentes- luego del nacimiento, puede ser
orientada por algunos signos que podemos encontrar, y entre ellos mencionamos a
la presencia de sudoración en la frente o la apariencia de cansancio mientras
realiza la succión, con incremento de movimientos respiratorios al grado que
sueltan la alimentación para poder respirar, dejar de agitarse y volver a mamar; en forma secundaria, se
notará un tiempo menor de alimentación y con los primeros meses una falta
adecuada de incremento de peso y talla. Otros manifestarán coloración morada en
labios, nariz, lengua, ojitos, palmas, plantas y/o las uñas. Los menos
frecuentes por sesiones de llanto intenso sin causa evidente corporal, de forma
continua como manifestación de presión arterial elevada y dolor de cabeza
constante secundario.
Las cardiopatías congénitas varían
de simples a complejas. El médico del niño puede controlar ciertos problemas
cardíacos y tratarlos con medicamentos, otras condiciones requerirán cirugías,
a veces a pocas horas del nacimiento. Algunos problemas cardíacos simples
pueden incluso superarse espontáneamente, ya que estos defectos simplemente
pueden cerrarse por sí mismos a medida que el bebé crece. Otros bebés tendrán
una combinación de defectos y necesitarán varias operaciones a lo largo de sus
vidas.
Ante la duda, acuda a su médico que de ser necesario lo canalizará al
especialista correspondiente (cardiólogo o cardiólogo pediatra).