Los medicamentos
son sustancias que desde la antigüedad se han desarrollado a partir del empleo
empírico de algunas plantas o minerales de la naturaleza, que con el
conocimiento sistematizado al paso del tiempo, a conformando las bases de la
terapéutica.
En esta
evolución, se fue conociendo a partir de los aciertos y fracasos, que la
mayoría de los medicamentos así como son benéficos para algunos padecimientos,
son capaces de desarrollar efectos secundarios variables o incluso intoxicaciones
que pueden poner en riesgo la vida, condicionado en este sentido a identificar
a la sustancia química (medicamento) de forma más purificada con el desarrollo
de procesos químicos y tecnológicos especiales, para ir conociendo la cantidad
necesaria (dosificación) para producir un efecto benéfico y evitar
consecuencias tóxicas.
Durante esta
evolución el método científico considera la observación, experimentación y
comprobación, para permitir un gran avance en el desarrollo de nuevas alternativas
en medicamentos que hasta la fecha actual siguen evolucionando de forma
asombrosa, para proporcionar efectos mejor definidos y libres de reacciones
secundarias.
Durante este
proceso, la investigación emplea animales de experimentación que reúnen
condiciones muy similares a los de un ser humano con alguna enfermedad
particular para comprobar sus efectos específicos, que al conseguirse le
permitirán en siguiente fase su proceso experimental en seres humanos -bajo
estrictas normas éticas que lo avalen-, para que al comprobar su eficiencia, se
apliquen como nuevas alternativas.
Estos estudios
en su mayoría, se evalúan y se definen en la etapa adulta del ser humano, donde
cada una de las rutas que sigue el medicamento, se encuentra definida por las características
específicas de la madurez orgánica del ser humano.
Estas rutas
consideran en forma general los siguientes procesos: absorción, distribución, metabolismo
(o transformación) y eliminación. A su vez, la interacción de medicamento con
el organismo, motiva a dos fenómenos particulares: los efectos que el cuerpo le
condicionan al medicamento se le conoce como farmacocinética; y por otra parte,
los efectos que el medicamento condiciona en el organismo establecen su
farmacodinamia.
Si bien se
considera siempre como principio elemental de la medicina, que no hay
enfermedades en general, para destacar que existen enfermos en particular, es
obligado considerar que se requiere de conocimientos y análisis adicionales,
cuando el paciente se trata de un ser humano en crecimiento y desarrollo.
En el progreso
del ser humano existen condiciones variables de desarrollo anatómico y
funcional especiales en diferentes etapas, por lo que esta población se divide en
diferentes categorías para conocer y cuidar la multitud de modificaciones que
se están definiendo y madurando hasta llegar a la edad adulta. En esta
clasificación los recién nacidos (menores de treinta días de vida) pueden ser
considerados por su tiempo de embarazo, como inmaduros, prematuros, de término
o postmaduro. Por su peso como normales, bajo o alto peso. Lactantes hasta los
primeros 2 años, preescolares hasta los 5 años, escolares hasta 11 años,
adolescentes hasta 18 y jóvenes hasta los 21.
En cada uno de
estos grupos no se trata de prescribir los medicamentos ajustando solo en forma
proporcional las dosis del adulto, según el peso o la superficie corporal del
niño; se requiere del médico el conocimiento de la farmacocinética y la
farmacodinamia, en un organismo en constante desarrollo y maduración para una
terapéutica efectiva, segura y racional. Por ello es transcendental que el
médico conozca la relación entre dosis, concentración, efecto, y cómo afectan
durante la edad pediátrica.
El pediatra
tiene la obligación de conocer la farmacocinética y la farmacodinamia de cada
medicamento, para emplear de forma apropiada cuando alguna enfermedad en
especial lo requiera, con orientación adecuada a los padres sobre sus
beneficios y potenciales riesgos para limitar su empleo, para no influir a
reacciones secundarias, interferir en el desarrollo de tejidos, órganos y/o
funciones especiales futuras, o de emplear medicamentos que no tienen un
sustrato anatómico ya plenamente desarrollado como en el adulto, que puedan
causar datos de intoxicación, lesión futura orgánica o funcional al paciente en
desarrollo.
Como factores
particulares de la farmacocinética podemos señalar que estos eventos están muy
relacionados con los cambios en la composición del cuerpo y la función de los órganos
más importantes en el metabolismo y la excreción en las diferentes edades. Durante
la primera década de vida, estos cambios son considerados por ser dinámicos.
Absorción. Cuando
se administran por la boca, su absorción puede estar modificada por la
presencia de alimentos; algunos deben administrarse con ellos y otros en
ayunas. En el sistema digestivo hay cambios en diferentes edades que incluyen
la acidez del estómago, función adecuada de sales biliares, existencia de flora
bacteriana y tiempos de vaciamiento del estómago variables además de la
absorción intestinal. En la piel se absorben los medicamentos con mayor
proporción a una edad menor por su delgado espesor. La aplicación por vía
intramuscular es menor por menor desarrollo de vasos sanguíneos y de tejido
muscular a menor edad.
Distribución.
Una vez que se encuentra el medicamento en la circulación, el transporte se
influye por el contenido de agua proporcionalmente mayor a menor edad o menor
en cuadros de deshidratación. La cantidad de proteínas en desnutrición
disminuye el transporte de los medicamentos, con posibilidad de tener mayor
concentración al igual que en los recién nacidos. Las sustancias solubles en
grasas tienen mayor posibilidad de intoxicación y generalmente deben evitarse
su empleo endovenoso. La acumulación en espacios óseos también requiere de un
mayor tiempo de administración.
Metabolismo. Los
medicamentos se modifican en su estructura química para activar su función
especial; o bien, se unen a otras sustancias para cumplir sus efectos. En algunas
edades se carecen de funciones específicas para esta modificación, que causará
falla terapéutica y riesgo de intoxicación. Pueden existir factores ambientales
o enfermedades que afecten a los órganos del metabolismo para causar efectos
similares.
Eliminación. Las
vías de eliminación incluyen la urinaria, digestiva, piel y respiratoria. A
diferentes edades, puede existir compromiso en su integridad o función que altera su tiempo de permanencia y efecto
del medicamento.
Farmacodinamia.
Considera el efecto que el medicamento pueda tener sobre el desarrollo
anatómico o funcional del ser humano en crecimiento. Los medicamentos que en
etapa experimental o durante su empleo en seres humanos, causan deterioro
funcional o la muerte, serán señalados en sus etiquetas con la advertencia
sobre la limitación en edad. Cada vez
que se emplea alguno de estos medicamentos sin tomar en cuenta la advertencia
se corre el riesgo de poder tener alguna complicación. Algunos por su efecto
dependiente de la dosis y duración son capaces de comprometer la funcionalidad
futura de algunos órganos (oídos, riñones, crecimiento, etc.) y otros al actuar contra funciones naturales
pueden interferir en el desarrollo de una habilidad futura (antiinflamatorios).
Se justifica por estas condiciones de preferencia, el empleo de medicamentos de
patente que son los que realizan las investigaciones con responsabilidad. Los
genéricos por no apegarse al control de calidad original representan un riesgo
potencial a la salud.
Para el
tratamiento de su hijo es conveniente que la administración del medicamento
tenga de preferencia el mejor beneficio para su paciente y el menor riesgo de
daño inmediato o futuro para no limitar su potencial. Cada paciente es especial…
antes de emplear el medicamento, revise si no está limitado su empleo y
consulte a su médico.