El tabaquismo
practicado a nivel familiar produce efectos nocivos en los niños aun desde
antes de nacer y en forma posterior de forma muy significativa. Por el hecho
que la mayoría de los padres fumadores no tienen conocimiento de los daños que
pueden condicionar en sus hijos, es el motivo por el cual en esta ocasión,
señalamos las variadas alteraciones que inducen en el desarrollo del niño.
Para establecer
el riesgo, el humo tabáquico ha sido clasificado como corriente principal y
secundaria. La principal es, inhalada a través de la columna del cigarrillo y
del filtro en cada aspiración. La secundaria, es emitida directamente por la
punta incandescente del cigarrillo, por la difusión a través de la superficie
del papel, e indirectamente por las espiraciones del fumador. Aunque la
composición química de ambas corrientes es similar, las concentraciones de
muchas sustancias son mayores en la secundaria. Lógicamente, la exposición de
los fumadores pasivos, involuntarios o de segunda mano, es a través de la corriente
secundaria del humo tabáquico.
La nicotina,
segunda sustancia química más abundante del humo tabáquico por detrás de los
óxidos de carbono, condiciona la dependencia o adicción al tabaco, a pesar de
conocer la persona fumadora sus efectos negativos en la salud. Está presente
tanto en la corriente principal como en la secundaria, se absorbe rápidamente
en los alvéolos pulmonares, penetra en las venas pulmonares y, en 10 segundos
desde la aspiración activa, alcanza los receptores especiales del cerebro y
desencadena las respuestas en la liberación de sustancias que le dan a la
persona la sensación de bienestar.
En etapa
intrauterina, con una madre fumadora, tenemos la acción nociva de varias
sustancias que afectan al estado nutricional del niño y su desarrollo
posterior. Disminución del peso al nacer. Condicionado por la presencia de los
siguientes mecanismos: disminución de la circulación sanguínea en la
circulación placentaria por efecto de cierre en los vasos placentarios,
disminuye la cantidad de sangre que circula al niño y que es la que lleva los
nutrientes para su desarrollo y como consecuencia especial, hay disminución en
la entrega del oxigeno con aumento en la concentración del gas de eliminación
(bióxido de carbono) , que lo mantiene en condición constante de bajo aporte
nutricional de origen respiratorio. Se influyen también algunas hormonas por
presencia de sustancias derivadas del metabolismo del tabaco y se tienen
modificaciones transitorias al momento de su nacimiento. Hay cambios en la
estructura química del material genético, en diferentes tipos de células por
transferencia de sustancias cancerígenas. Y finalmente también se establece una
mayor posibilidad de embarazos fuera del lugar normal (ectópicos), abortos,
partos prematuros, rotura de membranas en forma anticipada; y con ello, se
eleva el riesgo de enfermedades al nacimiento (morbilidad) y de muerte
consecuente (mortalidad) hasta en un 28%.
Durante la
infancia, las principales manifestaciones documentadas sobre la exposición
involuntaria de los niños al humo de tabaco ambiental son las siguientes:
En la etapa del
lactante se puede presentar con mayor riesgo la muerte súbita del lactante, por
alteraciones en la maduración del centro de control respiratorio y la acción de
las sustancias derivadas del tabaco como fumador pasivo.
Enfermedades respiratorias. La relación entre
el tabaquismo de los padres y enfermedades agudas del tracto respiratorio
inferior en los niños preescolares (0-3 años), tienen un riesgo aumentado entre
los hijos de personas fumadoras más
elevado cuando la madre es la fumadora comparado a otro miembro de la familia.
Con respecto a los niños escolares (mayores de 4 años) también se ha encontrado
un riesgo aumentado y una probable relación causa-efecto (ante la presencia de
algún padre fumador, en el asma, de tos crónica, y de dificultad respiratoria.
Por otro lado, hay evidencias de influencia del tabaquismo materno sobre la
presencia de asma bronquial en los niños. Otras consecuencias son: menor peso
en la infancia por una alimentación deficiente, ausentismo escolar por
alteraciones respiratorias inflamatorias e infecciosas respiratorias
recurrentes y afección más frecuente del oído.
De forma
significativa también se presenta una mayor incidencia de tendencia a la
formación o desarrollo de tumores en los niños, y entre los cuales podemos
mencionar a las leucemias, tumores de huesos, riñones, de músculos, y en caso
de ser librada la posibilidad de cáncer en etapa infantil, queda en posibilidad
el desarrollo de cáncer en la etapa adulta de ese niño, además del aprendizaje
de la conducta aprendida de sus familiares de realizar también el
tabaquismo.
Así que estimado
lector, si usted tiene hijos o familia, considere la forma como la agrede con su
práctica viciosa, en donde también vale recordarle que usted está también en
riesgo de padecer consecuencias por el tabaquismo con enfermedades pulmonares o
vasculares. Quizás un infarto le resuelva la situación a usted y su problema,
pero una embolia cerebral puede dejar al adulto con limitación importante y
constituirse como una carga adicional de cuidados de la familia afectada, o en otra alternativa de posibilidades: la
ausencia física de la pareja o uno de los padres de los hijos deja un vacío en
la integridad de una familia y de las expectativas futuras personales o
profesionales para los hijos, por lo que se puede considerar que la práctica de
tabaquismo por alguno de los integrantes de la familia o de ambos es una falta
total de conciencia y responsabilidad que debe usted tener para ellos. Solo
decídase y deje de fumar, por el bien de usted y su familia, usted es una
persona muy valiosa para su familia y la sociedad, no es justo que les cause
daño.